jueves, 18 de febrero de 2010

Pedro


El único hogar posible está en tu pecho niño, en tu pecho en expansión. Impoluto es tu espacio para nosotros, justísimas tus entregas, incorruptible de olvido, claro en tus pedidos, no hay más que lo que muestras, único impostergable, única certeza, única disciplina amada, único querer no prescriptible.
No dependes más de mí uterinamente, como exclusivo contacto con el mundo, pero todavía soy el tamaño de la medida con que lo mides, lo que te ofrezco a la vista siempre estás grabando en formato para imágenes oniricamente reproducibles, mis palabras son tus futuros supuestos a comprobar, mis gestos tus códigos para interpretar todas las caras, mis caminos los que siempre bifurcarán como opción todas las vías que encuentres.
Por eso voy a seguir siendo buen paisaje sin ocultarte mis tormentas que de tanto en tanto lo modifican; por eso voy a seguir contándote mis verdades en forma de hipótesis para que el espiritú cientifico mueva tus ganas de comprobar o negar y te interrogues la existencia; por eso voy a vivir todas las sensaciones que pueda y gesticulárlas para ti, para que puedas entender a los que hablan con la cara y no con la boca; por eso voy a dejar mapas temáticos que registren en letras lo visto al andar mis senderos, para que de algo te sirvan cuando tomes decisiones de recorrido.
Eres mi único hogar posible, sacas mi único yo sin careta, eres mi único real motivo. Sin ti me disuelvo en lo que tengo dentro que es tanto y sólo tú recibes sin tratos de por medio.

1 comentario:

abalseca dijo...
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