miércoles, 24 de noviembre de 2010

Newén


Es fuerza que no puede hallarse en una sola palabra de occidente, es palabra aglutinada, cientos de verbos, sustantivos y adjetivos dan ser a su cuerpo, palabra aglutinada y a la vez aglutinante como la lengua que le da nombre; es aquello más que palabra, aquello que el winka obvia nombrar y poseer pero también posee, es ese impulso, ese entusiasmo, es el aliento sagrado que mueve la carne y también la madera, es eso que susurra la forma del tótem, es esa electricidad que actúa lo mismo en el Wenumapu que aquí en la Tierra. El Newén dicta las notas y en ellas se regocija, a través de la música une los humanos sentimientos con los divinos presentires, sólo el Newén en la música es capaz de hacer esa unión. Es el poder y su registro, es la actitud creativa y habita en lo creado, es la motivación a amar las cosas y el mismo amor. Es el halo insuflado por los antepasados para prestarnos su experiencia. Bendito Newén que te me has dado a conocer en mi austral exilio, me lates como órgano, te reconozco y te agradezco por el deseo; bendito Newén que me has hecho madre de carne y de versos, para los dioses por tu vía mis ofrendas.