martes, 7 de junio de 2011

Southern Stalemate


Let me see within my eyes the land where I must come back

Go, please, go from the horizon that I want to see

let me hear within my ears that sound I should not forget,

go from this veins pulse.

You have taken my land far from me, you have taken its place

I have stayed suspended too long in your intimacy,

there where I am no longer a foreign , where I never have been native

¿Can I return from you? Let me, I need to return before my name´s change.

Let me go, even by parts

first my tears, second my voice, my toes third

Let go most of my body, even if you save a piece of the marrow of my zest.

S t a g n a n c y; I can be in you no longer, so remote,

where now there are not new hellos and there are no farewells.

Con un gracias a Diana Matisz

sábado, 9 de abril de 2011

Rescoldo


Para Mauricio


Se acomodó tan orondo en mi nube,

Desde allá me enseña a orar desnuda

y ya sé hacer trenzas con las líneas divisoras. (Las que separan vida y muerte.)

Desde ahí, me hace ver las cosas que me orbitan como satélites y las cosas a las que orbito como satélite.

Desde allá, me hace partícipe del milagro de la multiplicación de los ojos. (Aprendí también a no pestañarlos al unísono.)

“Nunca has de justificar tus peregrinajes a mí; nadie me ve en tu nube”.

“Ser físicamente improbable es la paradoja que interroga el cuerpo del sueño, pero tú has de huir de explicar las cosas fáciles, de seguir las huellas de los pies;” “si necesitas de huellas, sigue las de los lepidópteros, mujer, las de las polillas.”

(Dirán ustedes que soñarle es tributo; yo, siguiendo a la mariposa, explico que es visita.)


Acá en la Tierra, solía tenderme a pernoctar en su solapa y dejé ahí mi rostro de Verónica,

también marcas de mis uñas en el papel de cera de sus cartas y en la lápida de su tumba sin fondo.

Acá, dicen que se fue a dormir entre las patas del elefante que sostiene al mundo mientras está parado en una tortuga que nada en un mar de leche; (Es que todavía piensan que el más allá es plano.)

me aclaran que se fue y con él la orquesta en vivo,

que se fue y que si es mi fanal, ahora es sólo un fanal de la memoria

y bueno, sí, nuestras conversaciones ya no son palpatorias,

ya no hay remolinos nocturnos, ni nudos de piernas, es cierto;

quedó mi piel tachada en negro progresivo e indeleble, es cierto;

su cuerpo deshidratado, como flor en libro, quedó en los espejos secuestrados: fotos, vídeos, autorretratos y otros, es cierto.

hay cosas en formol;

pero también dicen que es material para la molienda mental, para el trapiche emocional que destila imperceptible pero imparable el espirituoso olvido; y eso, no es tan cierto.

Sé que le crece un pasto fino a los nombres en desuso, (¿Cito?)

pero no hay lobotomía que pueda amputarme su asistencia al nimbo

y es que quedamos en el rescoldo eterno. (Rescoldo es un buen nombre de nube.)

Acá en la Tierra, la improbabilidad estadística afirma que no hay nubosidades, pero he de rechazar las cosas así de fáciles; cómo él me lo había pedido.

domingo, 20 de marzo de 2011

Los científicos lo llaman "accidente nuclear por catástrofe natural"


Creemos que fraguamos huecos considerables,

que le pisoteamos el rostro y que lustramos magníficos incendios en su dermis.

De desobediencias, de usos depravados nos alabamos,

en autoreferencia voluptuosa de punición sugerimos lo no controlable

pero no podemos hacer llorar a una diosa, ¡parvulum humanitatis!

y sentirnos dueños de la culpa es el principal onanismo,

inventar la mala conducta y el castigo, cometer lo castigado para elevarnos siquiera al rol de antagonistas.

Ayy opinamos que la mancillamos y es que quisiéramos ser, ser aunque sea sus violadores,

decimos que absorbe por el geológico cutis su alimento y que tóxicos estamos todos los inhábitos; es que quisiéramos ser, ser aunque sea su pathos.

De catástrofe le adjetivamos a uno sólo de sus guiños, a un mover la mano

y vocalizamos elegías y nos flagelamos en lutos: "fue una tragedia natural", como si natural pudiese ser palabra que acompañe a trágico.

¡Egóticos ántropos!, lejos estamos de llegar con ella a la simbiosis, no somos ni sus excresencias, ni sudores, menos poluciones, seremos quizá ácaros asustados replegados en sus membranas,

sólo ericitos en su mineral con puntas casi romas, con fusiones atómicas.

Ella tiene nuestros cuerpos como confeti en los cabellos, nos sacudirá más temprano o menos luego.

Está intacta de mano de hombre, no somos su problema sino el nuestro, su problema es, sí, el Sol que la subyuga.

Todas nuestras carnes pasadas ni una perla roja son de su diadema tropósfera

Ayy isótopos radiactivos de utiliería, nada para su manto de terciopelo eléctrico acostumbrado a transformar rayos cósmicos.

Ella es la inmaculada, no hay mancha de hombre o mujer que pudiera andrajarla,

ella que tiene el torno que moldea el magma , no se preocupa, hermosa alfarera, ni se inmuta

sus venas transportan escombros y ciudadanos desde hace lo incontable,

ella ya diluvió, pasa hielos y desagües, tiene su menstruación periódica,

ella es mucho más grande que la soberbia

ya estaba antes de la enunciación y volverá a estar innominada,

todo es como debe ser.