domingo, 4 de julio de 2010

¿Para qué sujetarla a comprobación?


No será el asunto el fundamento,
el duelo entre realidad e ingeniería,
en cualquier historia queda noticiado lo sido
y también queda ahí nacido lo que no ha sido.
Memorial o hechura da lo mismo
para el propósito de la narradora
que no es el arrullo de sultanes
sino reunir en obra colectiva
a todas las mujeres que forman una Sherezade.
Un irse contando y a la vez produciendo,
honestos ser y querer ser que salvan de la trampa,
del encierro implícito al asignarse un único rol lítico;
la historiante no es sólo trapecista, laboratorista,
jinetera, heladera; puede ser cada una y todas ellas,
más que la actriz un rol de roles, porque hace los guiones.
Se bitacora lo vivido y las visiones
con igual derecho de espacio e híbrida preponderancia
para poder ser las que se quiera.
La cuentista no tiene rigurosidades científicas
tratándose de las historias que le palpitan
por eso en rigor no existen cosas tales como las biografías,
ni siquiera esas tipo auto.

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